sábado, 13 de abril de 2013

¿Nos movemos?, por Anna García-Altés (@annagaal)

Según los últimos datos de la ESCA, en Catalunya el 58,2% de los hombres y el 42,2% de las mujeres de 18 a 74 años tiene exceso de peso (36,3% tiene sobrepeso y 13,9% tiene obesidad), según datos de peso y talla declarados. Respecto al año 2006, el porcentaje de población con exceso de peso ha aumentado entre los 18 y 44 años. La necesidad de combatir la obesidad en los países ricos, especialmente entre la población más joven –incluyendo la infantil-, se ha convertido ya en una de las primera prioridades en salud pública. Como se ha comentado en GCS, la proliferación de restaurantes de comida rápida a bajo precio es uno de los determinantes del reciente aumento del sobrepeso y la obesidad en los adultos (GCS volumen 6, número 4,página 172), y las repercusiones que la obesidad tiene en calidad de vida y en mortalidad asociada son poblacionalmente muy relevantes (GCS volumen 7, número 3, páginas 120 y 121).

En Estados Unidos, la primera dama encabeza la campaña “Let´s Move!” (http://www.letsmove.gov/), que engloba un conjunto amplio e intersectorial de iniciativas para disminuir la obesidad infantil mediante la promoción de la realización ejercicio y la alimentación saludable. El Departamento de Salud de la ciudad de Nueva York, bajo el liderazgo de Michael Bloomberg, quería llevar adelante la “soda ban”, una regulación local para que los establecimientos sirvieran bebidas edulcoradas en vasos más pequeños. La iniciativa, que se ha mostrado efectiva para disminuir el consumo, está de momento derogada, si bien se va a apelar. La ciudad de Nueva York es, de hecho, pionera en este tipo de medidas, y ya en el 2006 limitó las grasas “trans”, lo que ha tenido un impacto positivo en la salud de la población y ha impulsado medidas parecidas en otras ciudades y estados.

Con todo, una de las medidas más efectivas se halla en la política industrial, obligando a la industria alimentaria a que disminuya los contenidos de sal, azúcar y grasas en sus productos, tal y como el NICE ha recomendado. Las medidas impositivas serían otra alternativa: si bien los impuestos sobre los productos con grasas y sal deberían ser descartados por su importante regresividad fiscal, los impuestos sobre las bebidas excesivamente azucaradas si podrían ser óptimos dada la poca elasticidad de la demanda de estos productos, como recientemente apuntaba Guillem López-Casasnovas.

Estrategias de tipo “paternalismo libertario”, ya comentadas en este blog no deben tampoco olvidarse en un tema como éste, en el que la presión de grupos y los vínculos sociales tienen especial fuerza.
Jenny Holzer. “Protect Me From What I Want”. De su serie “Survival” (1983-85)