lunes, 2 de febrero de 2015

Prisa por tardar: Las aplicaciones sanitarias de la impresión 3D y su (inexistente) regulación, por Anna García-Altés @annagaal

En febrero de 2011 The Economist pronosticaba que la impresión 3D supondrá un cambio disruptivo en la economía, así como lo supuso la máquina de vapor. La impresión 3D permite “fabricar” desde un violín hasta una pistola o una escultura con una calidad máxima y un precio cada vez menor. 

Julião Sarmento “Big Easy” 2014 (esculturas impresas en 3D)
Su uso en el sector sanitario es todavía incipiente a pesar de que se utiliza desde hace más de diez años en odontología, para la fabricación de moldes de implantes dentales. Sin demasiada imaginación, pueden vislumbrarse aplicaciones interesantes. Por ejemplo, la cirugía otorrinolaringológica lo utiliza para obtener modelos preoperatorios para “entrenar” antes de las intervenciones complejas. En una línea parecida, la impresión 3D puede ser muy útil también para la formación en anatomía, tanto normal y como patológica. Y, quizás la más espectacular, la posibilidad de imprimir en 3D dispositivos, prótesis y biomateriales.


El último editorial del British Medical Journal de 2014 versaba sobre este tema, identificando internet, la imagen médica y la bioingeniería de tejidos como elementos en simbiosis perfecta con la impresión 3D: internet porque hace que los “planos” estén universalmente disponibles; la imagen médica porque permite guiar la impresión; y los tejidos modificados con bioingeniería, porque se pueden llegar a imprimir órganos a partir de “biotinta”.



A pesar de todos estos cantos de sirena, en este momento no se conoce el valor de la impresión 3D en el sector sanitario y como afectará a los resultados en salud. Como era tristemente de esperar, no existe ninguna evaluación sobre la efectividad de su uso para la planificación preoperatoria, formación, o dispositivos. Pero por encima de todo, las principales dudas surgen en relación a la regulación de su seguridad. La FDA ya se ha manifestado diciendo que estos temas tendrán que afrontarse “pronto”. Dado que semejante horizonte temporal es relativo, esperemos que no nos pille el toro.