Este post es la traducción al
castellano de un artículo publicado en el periódico Ara el 25/3/2020: http://ara.cat/_906e742c?s=e
La pandemia del COVID-19 está
siendo todo un “test de estrés” para nuestro sistema sanitario: una demanda de
servicios imparable que se debe atender con falta de material fungible
(mascarillas, tests, trajes de aislamiento, etc.), falta de personal (porque
está haciendo cuarentena), falta de camas de UCI, etc.
Cuando esto acabe, y nos dejemos
de dar la culpa unos a otros por la falta de previsión, convendría pensar de
formar constructiva. Aunque la que escribe piensa que el error principal ha
sido a nivel europeo (tanto de los organismos de salud como de los económicos),
las acciones de “reconstrucción” deberán ser locales. El sistema sanitario
catalán hace muchos años que no se rediseña, y la crisis del COVID-19 nos está
dando algunas pistas de cómo hacerlo.
Primero de todo, el COVID-19
pone de relieve la importancia de la salud pública. De forma muy inmediata,
medidas sanitarias básicas como el lavado de manos están teniendo un papel
clave en la transmisión de la enfermedad; es necesario que esto no se nos
olvide, ya que es un elemento básico en la transmisión de muchos patógenos
habituales que nos hacen enfermar, como la gripe, la conjuntivitis o muchas
infecciones gastrointestinales. A medio plazo, el sistema sanitario deberá
prepararse para una posible reemergencia del COVID-19 dentro de unos meses o
cuando venga el próximo invierno, mientras no haya una vacuna disponible. A
largo plazo, y muy importante cuando la crisis sanitaria termine y empiece la
crisis económica, habrá que recordar más que nunca que el principal
determinante de la salud de la población son las condiciones de trabajo y de
vida, en las que habrá que focalizarse para encima de todo.
En segundo lugar, la necesidad
de dar prioridad a los enfermos con COVID-19 ha hecho que se hayan tenido que
anular pruebas innecesarias y retrasar intervenciones poco urgentes, sin que
haya habido ninguna queja por parte de la ciudadanía. Que el sistema sanitario
se focalice en aquellas actividades que aportan valor y deje de hacer lo que no
es necesario o que aporta poco desde el punto de vista clínico no debería ser
la excepción, sino la norma. De este modo, nuestro sistema sanitario será mucho
más efectivo y eficiente.
Y, en tercer lugar, tres temas
relacionados. Hay que repensar maneras en que los enfermos crónicos no tengan
que visitar tanto su profesional de atención primaria por temas totalmente
rutinarios (control de la presión arterial, renovación de recetas, etc.).
Actualmente, la tecnología nos lo pone fácil, y se puede promover el
autocuidado con seguimiento clínico mediante herramientas telemáticas. En este
sentido, el COVID-19 ha hecho que muchas personas descubriésemos tanto el 061
como la e-salud, la herramienta de “chat” con nuestro profesional sanitario de referencia
disponible para toda la población. Estudios realizados en nuestro contexto
-anteriores al COVID-19- nos dicen que la e-salud puede evitar casi el 90% de
las visitas al centro de atención primaria por algunos motivos de consulta. Y,
por último, en relación a las personas mayores, es imperioso pensar qué modelo
de atención queremos. El caso de la infección masiva por COVID-19 en algunas
residencias sociales en Madrid (a pesar de ser no ser en absoluto
generalizable) hace pensar en que tenemos que decidir de una vez cómo queremos
que sea la atención social y sanitaria a la gente mayor. ¿Hay que cambiar, como
en los países nórdicos, hacia opciones de co-housing que promuevan la
autonomía de las personas, donde se pueda aplicar el autocuidado y las
herramientas telemáticas, y donde también haya apoyo sanitario?
Estos días mucha gente está
saliendo a los balcones y las ventanas para aplaudir a todas aquellas personas
que están facilitando el confinamiento del país, y muy especialmente al
personal sanitario. Debemos seguir valorando positivamente nuestro sistema
sanitario y, para ello, se necesitan algunas reformas que el COVID-19 ya ha
puesto en marcha.
Anna García-Altés
@annagaal
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