Desde hace unos años, las artroplastias de rodilla y
cadera se sitúan entre los procedimientos más frecuentes realizados en el SNS. En
ambos casos, el coste económico que suponen es importante, a parte de los
problemas frecuentes de listas de espera y de variabilidad (especialmente en el
caso de las artroplastias de rodilla) que llevan asociados.
Como comentamos en un post anterior de este blog,
la falta de regulación de los productos sanitarios tiene consecuencias
importantes a nivel poblacional, dado que no se les exige demostrar su eficacia
y seguridad para ser lanzados al mercado. De hecho, y para el caso de las artroplastias
de cadera, incluso la prensa general se ha hecho eco de casos de efectosadversos.
Un artículo reciente, del BMJ
realiza una revisión sistemática de artículos que han analizado la efectividad
de los distintos tipos de pares de fricción de las prótesis de cadera, la
mayoría de ellos realizados con datos de registros nacionales. Los autores encuentran
que los registros australiano, neozelandés e inglés muestran peores resultados
(mayor necesidad de recambio) en los pares metal-metal, mientras que el
registro australiano también encuentra peores resultados para los
cerámica-cerámica.
Es sabido que los registros son un instrumento útil para
conocer la efectividad de una intervención o procedimiento. En Cataluña, desde
2005 existe el “Registre d’Artroplàsties de Catalunya” (RACat).
El registro combina datos propios recogidos de manera prospectiva, con datos
del CMBD-AH, y con datos de un catálogo de prótesis. El registro permite hacer
seguimiento de las tendencias en las artroplastias de rodilla y cadera,
analizar la variabilidad de las características de los pacientes y las prótesis
entre los hospitales, y empezar a conocer la supervivencia de las prótesis a
medida que los datos de seguimiento sean más extensos.
Muy posiblemente, en el futuro cercano, el desarrollo de
los sistemas de información hará innecesaria la creación de registros
específicos, ya que está información quedará sistemáticamente recogida en los
sistemas de información de actividad asistencial y será trazable. Las exigencias en este sentido son crecientes.
De momento, y a falta de una regulación más
adecuada al respecto, este es un buen camino para ir obteniendo información para
la mejora de la práctica clínica y la planificación sanitaria.
En nuestra andalucia parece ser más prioritario el control de la supuesta calidad de organización que tener un registro andaluz de implantes.O bien poseer una consejera que apueste por comprar una única protesis para todos igual, algo que debe ser revolucionario para su corta visión. Los registros de implantes deben ser aplicados por personas serias y profesionales y no por lo que se premian,los pillos.
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