martes, 8 de mayo de 2018

Reducir el consumo de drogas mejorando el mercado laboral. por Pedro Rey Biel



Establecer la posible relación entre el ciclo económico y el consumo de drogas entre la juventud europea es especialmente importante en el actual contexto de alto desempleo juvenil y comienzos de salida de la recesión económica, si se quieren diseñar políticas efectivas para reducir el consumo. Existen diversas razones por las que no está claro el signo de la relación entre ambas variables. Por un lado, el consumo de drogas podría ser lo que los economistas consideran un “bien normal”, es decir aquel cuya demanda aumenta cuando la renta de los habitantes es mayor. Por otro, en un entorno de depresión económica los jóvenes pueden buscar evadirse de la situación mediante las drogas, más con un mercado laboral que ofrece escasas alternativas y en el que, por tanto, el “coste de oportunidad” de consumir drogas es menor. Por ello, es crucial pasar del ejercicio hipotético sobre cuál puede ser la dirección de la relación entre las variables a hacer el ejercicio empírico utilizando una base de datos sólida y oficial, como las que se presentan en este artículo. No obstante, es importante enfatizar lo que realmente se está midiendo.


 En primer lugar, desde un punto de vista teórico, que exista relación estadística entre el consumo de drogas y el estado del mercado laboral, no implica necesariamente causalidad entre las dos variables ni, incluso aunque existiera, queda claro qué variable causa a la otra. ¿El mayor desempleo provoca que la gente consuma más drogas o acaso el consumo de drogas provoca que la gente no encuentre trabajo y/o sea despedida? Potencialmente, aunque la primera sea más plausible en este contexto, ambas son posibles.
 En segundo lugar, ante la dificultad de obtener datos directos sobre el consumo de estas sustancias, los autores recurren a encuestas de consumo declarado en distintos momentos y con distintos plazos temporales (“en el último mes”, “en los últimos 12 meses”). La Economía del Comportamiento, llevaaños mostrándonos que existe una diferencia entre lo que hacemos y lo quecontestamos a una encuesta sobre lo que hacemos. Una prueba de que pueden existir diferencias entre consumo real y consumo declarado es que las muestras de individuos encuestados tienden a declarar más que son consumidores de drogas cuanto mayor es el horizonte de tiempo que se les ofrece. Además, las estimaciones empíricas obtenidas están realizadas en un periodo de tiempo en el que básicamente las tasas de paro aumentaron en todas las regiones estudiadas de forma constante, por lo que puede ser aventurado extrapolar los resultados cuantitativos de un periodo de recesión al diseño de políticas orientadas a un periodo de mejora del empleo. 

Si bien parece que una salida de la recesión económica podría llevar a una disminución del consumo de las drogas estudiadas, al faltar observaciones en las que la tasa de desemplo no crezca sino que disminuya, quizá la elasticidad del consumo de drogas asociada a caídas de la tasa de paro sea distinta a la obtenida en el artículo (0,7 y 0,5 para cannabis y nuevas drogas, respectivamente). Sería por tanto interesante aumentar la muestra con una nueva ola más reciente del Eurobarómetro, que incluyera cambios en el consumo de drogas y en la actitud ante las mismas en contextos de expansión.

  
Pedro Rey Biel 
Universitat Autònoma de Barcelona y Barcelona Graduate School of Economics

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